En este espacio sobre Derecho y escritura, nada más lógico que hablar sobre el plagio imputado al Dr. Rosselló, hijo. Una lectura de lo escrito por él y el texto original de la periodista Lupe Andrade basta para comprobarlo. El doctor se defiende afirmando que él advierte en su columna que el concepto no es suyo, pero esa no es la cuestión de por medio. Lo que ocurre es que él utiliza prácticamente el mismo lenguaje de Andrade en su texto, y el plagio es precisamente eso, copiar sustancialmente las palabras ajenas sin aclarar que se trata de una cita directa. Todo lo que Rosselló tenía que hacer era citar entre comillas a Andrade. Al no hacerlo, dio la impresión de que las palabras de ella-- con una que otra variación -- eran de él. Si él quería comentar el concepto esbozado por ella y otros autores, debió hacerlo sustancialmente con sus propias palabras y una que otra cita directa de otros autores.
Es lo que la ética, la honradez intelectual y la ley de derechos de autor exigen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario