Una vez más, el Tribunal Supremo de Estados Unidos desperdicia una oportunidad de reivindicarse, al despachar en tres oraciones un caso de pena de muerte procedente de Arizona. Ese Alto Foro se hunde cada día más en la ignominia, al no rectificar el fatídico fallo de que la pena capital no es «castigo cruel e inusitado». Por eso ha pasado décadas decidiendo acerca de detalles de las ejecuciones, pero se ha negado a revocarse sobre la sustancia del asunto.
En este caso reciente, al condenado se le adminstró una combinación de dos drogas letales. El hombre tardó dos horas en morir. Los presentes han dicho que estuvo una hora y cuarenta minutos tratando desesperadamente de respirar.
Menos mal que eso no es castigo cruel e inusitado, según esa Curia...
No hay comentarios:
Publicar un comentario