La historia de Estados Unidos le da una connotación negativa a ciertas palabras totalmente inocentes. Pongamos por caso naranja, que, como sustantivo, es agradable, y como adjetivo, «ni fu ni fa». Pero, desde la guerra de Vietnam, el término resulta ominoso, como parte de la frase «agente naranja», aquel herbicida extraordinariamente letal con el que los americanos mataron o mutilaron 400,000 personas, y como producto de los 20 millones de galones rociados para defoliar los campos vietnamitas, nacieron 500,000 niños con deformidades. El diabólico producto -- que se almacenaba en recipientes con listas color naranja -- se probó secretamente en Puerto Rico; en el bosque tropical de El Yunque, concretamente.
¡Chúpense esa naranja los admiradores del imperio!
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