Aunque de origen siciliano -- modernamente, por lo menos -- la palabra mafia adquiere mayor difusión y notoriedad en Estados Unidos, donde se da a conocer como designación de su crimen organizado a gran escala. Son los gangsters italianos a partir de principios del siglo 20, como Al Capone, los que ponen el término en boca de todo el mundo. Sin duda, la pujanza económica de la nación norteamericana y su inclinación general por el dinero fácil fueron caldo de cultivo para el florecimiento de la actividad criminal.
Hollywood tuvo mucho que ver con la popularización del mundo mafioso, a partir de los años 30 del siglo pasado, algo que continúa hasta nuestros días. Quiérase que no, ha habido una glorificación del crimen organizado, con cierto aire romántico, en el sentido general de la palabra. Como tantas otras cosas, los americanos han exportado su mafia, no solo a través de su inmensa penetración cultural, sino directamente, a la Cuba de Batista, por ejemplo.
Si para los italianos su crimen organizado es la «Cosa Nostra», el de los americanos es la mafia nuestra y de otros países con gran presencia yanqui.
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