Hoy, en un artículo sobre Nureyev, a veinte años de su muerte, y bajo el acápite «Cosa de varones», se lee: «Que Nureyev rompió moldes está claro. Que eso logró que el perseguidor (sic) se mantuviera atento a lo que un bailarín varón haría en escena es un hecho». (Supongo que con «perseguidor» se ha querido decir «seguidor» del ballet.)
Lo que está claro y es un hecho es que la redactora ha creído necesario puntualizar que un bailarín es varón. Me imagino que, si escribe sobre Alicia Alonso, dirá que es una bailarina hembra. Es muy posible que, como tantos otros en el país, piense en inglés, idioma en el que solamente existe el vocablo dancer, por lo que hay que precisar con female o male. En español, como sabemos, basta con variar el artículo para comunicar el género.
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