Repito que, cuando se usa una imagen en la expresión, debe tenerse cuidado de ser congruente y consecuente con ella en el resto de lo que se dice o escribe. Hoy, en un texto de una colaboradora frecuente del periódico se lee: «Pero, mejor aún, es saber lo que hay que hacer y hacerlo sin miedo y sin dejar que unas migajas entretengan nuestra hambre de justicia».
Me parece claro que el hambre -- sea física o espiritual -- no se «entretiene», sino que se aplaca, mitiga o sacia, según sea el caso. Que se nos quiera entretener, para distraernos de la lucha por resolver problemas apremiantes en el país -- que es la tesis de la autora -- debe decirse de esta forma, sin mezclar las imágenes y el sentido figurado del hambre y el entrenimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario