La nueva amnistía para el pago con descuento de multas de tránsito es un recurso que repetidamente usa el gobierno para, como decía mi padre, «no perderlo to'». Es la tercera en los últimos siete años, lo cual ha hecho que la gente deje de pagar las multas, en espera de la próxima.
Todo esto denuncia varias cosas que marchan mal en este renglón de nuestra vida colectiva. Primero, y sobre todo, la violación masiva de la Ley de Vehículos y Tránsito. Segundo, la falta de pago por parte de los conductores, al son de más de $400 millones sin cobrar. Tercero, la evidente incapacidad del Estado para cobrar las multas. Cuarto, el mal ejemplo de permitir la burla reiterada de la ley por parte de los ciudadanos. Se tira a pérdida el 35% del total de las multas, y el gobierno se conforma con unos recaudos menguados por su propia ineficiencia.
Hasta la próxima.
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