Mañana se celebra el Día Internacional de los Indígenas, a partir de un tratado mundial de 2007 que compromete a esfuerzos en pro de esos grupos. La ONU insiste en que los gobiernos deben respetar los tratados con sus poblaciones indígenas, no importa cuándo fueron firmados, ya que esos documentos protegen los derechos humanos de las poblaciones autóctonas.
Adivinen cuál fue uno de los cuatro países que se opusieron al tratado de 2007. Estados Unidos, por supuesto. Dada la bochornosa historia del trato a sus indígenas, el país que tanto se jacta del respeto a los derechos humanos no se quiere comprometer formalmente con un estado de derecho que lo obligue a ello.
Lo he dicho varias veces: a Estados Unidos no le gusta el derecho internacional porque, casi siempre, le resulta adverso a sus prácticas imperialistas y opresivas, dentro y fuera de sus fronteras.
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