Les tengo noticias a quienes creen que ciertas palabras son invenciones del ingenio popular. Por ejemplo, la gente suele bromear refiriéndose a la época de la vida en la que me encuentro hace tres años como la vejentud, en contraposición a la «juventud». Pero, es el caso que el término existe, aunque, equivocadamente, la Academia solo se lo adjudica a Cuba, El Salvador y Uruguay. Tampoco me parece del todo correcto que, además de definirlo como «vejez», se añada «edad senil», que soy viejo, pero de senil, nada. Alguna vez se decía vejecer y vejedad, pero ya no.
Ya eso es muy viejo.
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