El viejo dicho de que «lo malo es lo que se pega» tiene mucho de cierto. La condición humana nos hace especialmente susceptibles a copiar lo negativo, tanto en lo individual como en lo colectivo. Ahí tenemos el caso de Nueva Zelandia -- no me gusta lo de Nueva Zelanda -- donde acaban de pasar una ley para que el gobierno espíe a su gente con gusto y ganas, inspirada, sin duda, en la legislación de Estados Unidos.
De nada valió que el 75% de la población la rechazara, ni que la New Zealand Law Society emitiera un informe que la condenara como violatoria de los derechos civiles. El fascismo tiene su atractivo, y si "the leader of the free world" lo hace...
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