Al Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York -- que ha demostrado no ser muy católico que digamos en cuanto a su respeto de los derechos civiles -- le ha salido otro chichón. Prensa Asociada informa que, durante años, New York's Finest -- autobombo hiperbólico, como todo lo de esa ciudad -- ha sido realmente New York's Worst. Ellos, por su cuenta y riesgo, decidieron considerar las mezquitas de la ciudad como «entidades terroristas» y, por consiguiente, las sometieron a una vigilancia ilegal que incluyó la infiltración de agentes encubiertos. Como era de esperarse, el alcalde Boomberg y el comisionado Kelly -- cual Batman y Robin del fascismo neoyorquino -- no admiten ilegalidad alguna en ello.
Aquí tienen los que admiran ciegamente todas las cosas del Norte.
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