sábado, 3 de agosto de 2013

¡Mejor muerto!

Amnistía Internacional le ha vuelto a poner el dedo en la llaga a Estados Unidos; esta vez al sistema penitenciario de California, por las condiciones en que mantiene a sus reclusos, sobre todo en solitaria. Tal parece que se recurre muy frecuentemente a ese confinamiento, y que se prolonga demasiado. Tanto es así que ello ha provocado huelgas de hambre en la población correccional, y hasta suicidios. En un caso reciente, el suicida llevaba cinco años en solitaria.

El problema es viejo. Desde 2006 ha habido un hacinamiento carcelario tal que desembocó en una decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos que lo tildó de castigo cruel e inusitado. El Estado de California no ha podido mejorar la situación, y alega que las condiciones ya no son tan onerosas.

Mientras tanto, los presos prefieren morir de hambre o morir por su propia mano, antes de continuar en esa agonía de un encarcelamiento bárbaro.

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