Yo creía que eso de «zampar» era un invento del lenguaje coloquial y pueblerino, pero no es así: legítimamente, significa comer apresuradamente o en exceso. Entonces, al que lo hace, se le llama zampabollos, por aquello de que «bollos» representa genéricamente la comida.
Esto de juntar dos términos para producir un tercero de efecto combinado tiene como resultado zollipo, es decir, sollozo con hipo, algo que, dentro del sufrimiento y la tristeza de quien lo padece, mueve a risa.
Y cierro esta serie de comentarios con lo que mejor me describe después de este recorrido por el diccionario: zurumbático, o sea, aturdido, lelo, pasmado.
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