lunes, 19 de marzo de 2012

La OTAN no es tan

Amnistía Internacional -- que, como los niños, ni dice mentira ni calla verdad -- denuncia que la OTAN no se ha dignado investigar las múltiples muertes de civiles inocentes en Libia a causa de sus bombardeos. Específicamente, se refiere a los ataques aéreos contra residencias privadas que no tenían vínculo alguno con usos militares. Evidentemente, ese club prepotente formado por Estados Unidos y sus secuaces no tiene la menor intención de fijar responsabilidades por dichas muertes. De manera que esos crímenes de guerra, como tantos otros de esta última década, quedarán impunes.

Y es que en el Derecho Internacional lo que impera es la ley del más fuerte. Por eso es que América Latina, Oriente Próximo y el continente africano siempre llevan la peor parte en cualquier conflicto o disputa con el mundo blanco y desarrollado del Norte. Poco importan cartas, convenios, protocolos y tratados: a la hora de hacer justicia en el ámbito internacional, las armas y el dinero pesan más que cualquier mérito jurídico.

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