El exSecretario de Educación Rafael Aragunde parece proponer una especie de movimiento similar al de los dirigidos a «ocupar» espacios públicos y uno que otro privado. Por lo menos, así surge del titular «Las comunidades deben apoderarse de las escuelas». Resulta claro que el educador no está incitando a la gente a tomar las escuelas por la fuerza, ni cosa que se parezca, sino a participar más activamente o a tener una mayor injerencia en los asuntos escolares, que es cosa muy distinta. Las escuelas públicas pertenecen al Estado, por más que se les designe como «escuelas de la comunidad», moda que ya pasó de moda.
Este disparate viene del dichoso empowerment, -- traducido horrendamente como «apoderamiento» o «empoderamiento» -- concepto que por mimetismo cultural han adoptado ciertos movimientos en la llamada sociedad civil -- otra moda -- en busca de asumir un cierto control y una mayor responsabilidad cívica en asuntos y procesos que los atañen. Pero, de eso a adueñarse de las escuelas hay un gran trecho.
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