sábado, 3 de marzo de 2012

Talentudo temblequea ante la timocracia

La vida... y el diccionario te dan sorpresas. Yo vivía pensando que el halago es decir que alguien es talentoso, pero ahora descubro que, legítimamente, le podemos decir talentudo, sin ofender. Yo, que tengo mi propia «Academia», no lo diría en público o en un acto formal, pues tiene un retintín que no me gusta. Me recuerda a «forzudo» o a «macanudo», bueno para decirlo en un bar de Buenos Aires, pero no en, por ejemplo, una premiación académica.

Lo que me ha puesto a temblar es la parentela del término. Tembeleque, tembladal, tembladera, tembladeral, tembladero, temblador, temblante, tembleque, temblequear, temblequeo, temblequera, temblequeteo, tembletear, tembliquear, temblor, temblorina, tembloroso, tembloso y tembloteo dejan a uno como el baile de San Vito, el delirium tremens o el mal de Parkinson.

Y, por supuesto, si usted ve la palabra timocracia, piensa, como yo, que se trata del gobierno de los timadores y otros corruptos, como el nuestro. Pero, no; es algo casi tan malo, pues se refiere al de los que viven de rentas. Para el de Puerto Rico todavía no se ha inventado un nombre.

2 comentarios:

Hiram Sánchez Martínez dijo...

Ruiz Zafón habla en su obra del cementerio de los libros y a ti te ha dado ahora por vagar por el cementerio de las palabras. Tu asombro demuestra cómo el desuso de algunas palabras termina por construir su propio museo. Sal de ahí cuanto antes, no sea que termines loco y sin idea.

Alberto Medina Carrero dijo...

Hiram:

Pues, como has visto, no todas están en desuso, lo cual resulta más interesante. Deja que llegue a la «z», que ya volveré a comentar otros aspectos del español...