martes, 2 de agosto de 2011
Una buena «razón de Estado»
Claro que la solución al problema de las estructuras abandonadas que se usan como «hospitalillos» de adictos a drogas o prostíbulos de ambos géneros es declararlos estorbos públicos y proceder a su demolición, a costa de los dueños. En esto, los gobiernos municipales han sido muy descuidados, desatendiendo por mucho tiempo estas casas o edificios deshabitados y en estado ruinoso, dando lugar con ello a estos usos «ilegales, inmorales y contrarios al orden público y a las buenas costumbres». La «razón de Estado» es el poder amplio que permite que se proceda por encima del derecho de propiedad, cuando hay necesidades sociales apremiantes. La expropiación forzosa es parte de ello; también la declaración de estorbo público. En algunos de estos casos ni siquiera aparecen los dueños de la propiedad, bien sea porque han muerto o sus familiares viven en el extranjero y no tienen interés alguno en la propiedad, lo cual facilita el trámite para deshacerse de estos adefesios.
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