Francisco «Pancho» Rodón, gran pintor nuestro, no tiene, sin embargo, el don de la palabra. No se trata de que le falte elegancia en el decir, sino de que carece del conocimiento gramatical y lingüístico de una persona con cierta preparación. En ocasiones anteriores, he tenido que comentar expresiones suyas que se han publicado en la prensa. Hoy también, en un mensaje a página completa en el cual se queja de una dilatada restauración de su famosa obra sobre Muñoz Marín, da muestras de un lenguaje disparatado y enrevesado.
Por ejemplo: «En este acertado momento histórico, ante la gran develación del retrato de Don Luis Muñoz Marín; (sic) esta gran figura de todos los puertorriqueños en Aguas Buenas en el crisol de su vida». Empecemos por que lo transcrito no es una oración. Sigamos con que no hay razón para el punto y coma, y terminemos con que lo de «crisol» no tiene sentido ahí.
La próxima oración es otra «joyita». «Es Muñoz con su inmensa humanidad, (sic) así es proyectada la obra, (sic) y debo utilizar dolor íntimo y tribulación al identificarse en su propio espejo, en la obra pictórica que descifra el alma de este gran hombre después de su muerte.» El resto de la carta es de un tenor similar.
Es realmente penoso que un gran artista--nadie duda de que lo es--ponga a la vista de todo el mundo tales y tantas dificultades para expresarse correctamente.
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