viernes, 12 de agosto de 2011

¡Está bueno ya, abuela!

En la ciudad de Nueva York, una maestra de kinder, de 80 años, ha demandado al gobierno municipal por despido injustificado, luego de que se quejara de condiciones de trabajo onerosas, que ella estima le fueron impuestas para obligarla a renunciar. La señora, que parece que no tiene nietos propios que atender, se amparaba en que no hay una edad de retiro obligatorio para los maestros en el sistema escolar municipal.

Quizá sea que ella tiene necesidad económica --o que es masoquista--pero eso de empeñarse a esa edad en dar clases a niñitos de kinder me parece una falta de criterio. Si bien es importante proteger a las personas de edad avanzada --como yo--de discrímenes en asuntos medulares como el empleo, hay discrímenes que son razonables. Llegada a cierta edad, la gente se tiene que retirar y dejar el sitio a otra más joven. La movilidad laboral es un valor social importante. Si se permite que la gente ocupe puestos de trabajo hasta que caigan muertos, las generaciones jóvenes la pasarán peor que lo que la están pasando en el mercado laboral.

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