No se entiende la renuencia de la patóloga del Instituto de Ciencias Forenses en concluir su informe en el caso Rivera Robles, alegando que la causa de la muerte no está clara. Claro que está clara: los 35 golpes contundentes en todas partes del cuerpo. Lo que está en "controversia" es quién le propinó esos golpes y en cuáles circunstancias, que podrían ser o no ser inculpatorias de los imputados. Esos dos aspectos no son de la incumbencia de los patólogos forenses, y sí de los investigadores policiacos y del Ministerio Público, a quienes les corresponde relacionar la causa de la muerte con un autor o autores. Sí es propio de patología determinar si un golpe pudiera ser autoinfligido o accidental, en contraste con uno propinado. Pero, ¿35?
Respetando los métodos científicos y la pureza de los procedimientos, no dejemos fuera nunca el sentido común.
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