El PIP, cuyos triunfos dentro del "sistema" son escasos y esporádicos, se acaba de anotar uno, con la decisión del Supremo que reconoce que al candidato independentista a Alcalde de Sabana Grande le aplicaron selectivamente la norma sobre los pasquines políticos. Ha hecho bien el Tribunal, al rechazar la pocavergüenza oficial de permitirle mano libre a populares y penepés, mientras se es más papista que el Papa con el PIP. Al independentismo siempre lo ha "cobijado" la desigual protección de las leyes, como una forma de entorpecer su desenvolvimiento en la vida política del país.
Esta decisión es una pequeña pero importante rectificación de este discrimen por razones ideológicas contra los defensores de nuestra independencia.
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