Cualquier estudiante de primer año de Derecho o juez novato sabía que el pleito de los llamados "auténticos" no tenía cabida en el tribunal. Bien temprano en los estudios de la abogacía se aprenden dos cosas básicas: las cuestiones políticas no son adjudicables por los tribunales, y los tribunales deben abstenerse de ejercer su jurisdicción sobre asuntos cuya solución no es ejecutable por la autoridad judicial.
Por más que se disfrazara la controversia en este caso, se trata de un asunto eminentemente político partidista, cuya solución tiene que darse en este contexto. El Poder Judicial no puede dictarle pautas a un partido político acerca de a quién considera aceptable o apto para candidaturas o puestos. Un dictamen a esos efectos es fútil, pues, como cuestión de realidad política, no se puede poner en vigor.
Parece que algunos necesitan repasar ciertos conceptos jurídicos fundamentales.
1 comentario:
Definitivamente, desde que tenemos dos partidos en dos ramas del gobierno distintas, los tribunales se han convertido en el foro de resolución de disputas de conflictos políticos. Ya me parece esto un foro romano barato y sin arraigo jurídico. El caso de los "auténticos" es uno de tantos otros que los tribunales han tenido que enfrentarse.
El problema es que, tanto los jueces y los abogados que llevan esos casos, se han olvidado que para que una controversia sea justiciable no puede ser política. Eso lo aprendimos, los que fuimos a la clase, leímos el texto de derecho constitucional y luego repasamos en la reválida, que esa es una razán para que un juez no intervenga.
Debemos preguntarnos si estos juristas pasaron la reválida de chiripa o se copiaron.
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