En esta época de tanto préstamo para financiar deudas constitucionales y "extraconstitucionales", se escucha y se lee a distinguidos banqueros, economistas y otras yerbas de la jungla de asfalto de la Milla de Oro hablarnos de "repagar" esos compromisos. Yo, que siempre había oído que las deudas se pagan, y nada más, pensé que se trataba de algún otro mecanismo de las altas finanzas desconocido por quienes no hemos tenido la dicha de estudiar en Wharton o la London School of Economics. (Bendito, mi bachillerato en Ciencias Económicas es del RUM.)
Pues, bien, resulta que, según la Academia, repagar es "pagar caro algo." Pero, un momento; a lo mejor los whiz kids del Bankers Club, sin saberlo, están en lo correcto: estamos "repagando" ese fiao consuetudinario que en Puerto Rico se tiene por manejo de las finanzas públicas. Una vez más, lo que ocurre es que repay sí tiene la acepción a la que ellos se refieren. Claro está que también significa desquite, como en Romanos, XII, 19: Vengeance is mine; I will repay, un castigo divino que se merecen los que nos han metido en este embrollo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario