El término carjacking se viene usando desde hace tiempo, como si se tratara de una realidad distinta o nueva, para la cual no existe un vocablo que la nombre. Pero, es el caso que se trata de, sencillamente, el robo de un vehículo de motor. Como se sabe, para que se configure un robo, la toma de la propiedad tiene que hacerse de la inmediata presencia de la persona, mediando intimidación o violencia. En el carjacking, lo que se da es el despojo del vehículo, generalmente, a punta de arma de fuego, a una persona que lo conduce o lo tiene bajo su control inmediato. Por lo tanto, ello constituye un robo.
Podría haber, además, otros elementos, como el llevarse al conductor o dueño por la fuerza, en cuyo caso se trataría, también, de un rapto o un secuestro, según fueran las circunstancias. Pero, el hecho fundamental de tomar el vehículo por la fuerza sigue siendo un robo, y no hace falta inventar este injerto de car y hijacking. Mucho menos adoptarlo en español en estos lares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario