Los abogados conocemos la diferencia. (Así lo espero.) La prensa, sin embargo, pese a orientaciones y seminarios por parte del Colegio de Abogados y la Oficina de Administración de los Tribunales, insiste en confundir "alegación" con "alegato." El ciudadano común y corriente se deja llevar por los medios noticiosos, y repite la equivocación. Es así como todo el que afirma cualquier cosa por ahí ejerce la abogacía, presentando "alegatos" a granel.
Esa misma falta de conocimiento de la prensa y de la gente se nota cuando tampoco distinguen entre un detenido, un arrestado, un imputado y un acusado, pasando por alto que se trata de categorías que representan distintos momentos procesales. El orden expuesto es progresivamente inculpatorio, por lo que, confundirlo, es suponer un grado de enjuiciamiento incorrecto. El error no es inconsecuente, pues se lastiman reputaciones que, a veces, son difíciles de restaurar.
En fin, hay que seguir insistiendo en aclarar estos conceptos, para bien de todos.
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