domingo, 16 de septiembre de 2007

Una caballada

La prensa da cuenta de un alegado problema con caballos desatendidos y realengos en la zona de Mayagüez, es decir, el Viejo Oeste borincano, al decir de Miguel Angel Santín. La noticia deja la impresión de que la legislación existente es insuficiente para proteger a estos equinos, algo que no es cierto. La ley de protección de animales cubre, prácticamente, cualquier modalidad de maltrato en la que se pueda incurrir, incluidas las denunciadas en la noticia.

El problema parece ser otro, según lo relatado. Aparentemente, han faltado voluntad y fondos para establecer unos albergues para los caballos, amén de la cooperación ciudadana. Pero, esos son problemas de administración, política pública y cultura cívica. Es erróneo clamar continuamente por más leyes para atender situaciones, cuando bastan las que tenemos. Lo que hay que hacer es "poner en el potro" a las autoridades pertinentes.

1 comentario:

Jaime Riera Seivane dijo...

Coincido nuevamente con tu postulado de la innecesaria legislación que se aprueba a diario. Motesquieu había dicho una vez que las leyes innecesarias debilitaban a las leyes útiles. De ahí el refranero popular que se escuchaba en las aulas de Ciencias Políticas, un país con muchas leyes era díficil de gobernar, en cambio, uno con pocas era más manejable. Lo que en Puerto Rico ocurre que llevamos más de ocho años sin aprobar nada útil.

El problema de la promulgación de legislación es que resulta en la justificación éterea de los legisladores para ganar sus salarios y dietas, entre otros beneficios marginales.

Nuestro legisladores son todos anaerobios, por eso es, que toda legislación promulgada resulta en un vacío intelectual. No retan a la inteligencia, sino a la estulticia. Deberían de emitirse una proclama especial para celebrar el día de los cerebros atrofiados por falta de oxígeno. Todos nuestros legisladores serían los homenajeados y los que queremos ser inteligentes los lapidaríamos con letras para ver si por ósmosis les entra algo.