Lo decimos continuamente, y lo decimos mal: "estoy consciente" de tal o cual cosa. Queremos decir que "me doy cuenta" o algo por el estilo, pero es el caso que eso es "ser consciente." Estar consciente es, por supuesto, lo contrario de estar inconsciente. Por lo tanto, a menos que hayamos estado durmiendo, en alguna zona intermedia o en estado de coma, estamos conscientes en todo momento.
Ser consciente es otra cosa. Es darse cuenta, conocer, hacerse cargo; en fin, saber de lo que se trata un asunto. Por eso, se puede estar consciente y no ser consciente. De hecho, ésa es la condición general del ser humano, muy especialmente de la mayoría de nuestro país, tan desconectada de su realidad, ensimismada y dando vueltas en un tíovivo existencial.
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