viernes, 14 de septiembre de 2007

En cancha ajena

En cierta forma, es de aplaudir la determinación con la que el Secretario de Justicia continúa procediendo contra el FBI por la vía judicial. Toda quijotada lo es, y no hay duda de que pedirle cuentas al gobierno federal en sus tribunales es eso en grado sumo. El Secretario y sus asesores tienen que saber que están jugando en cancha ajena, contra jugadores que juegan rudamente y con el árbitro y el público hostilmente en contra. Me parece que es la crónica de una derrota judicial anunciada, pues las cortes del imperio no le van a fallar en contra. Creer lo contrario es ser imperdonablemente ingenuo y desconocer la verdadera historia de Estados Unidos.

Supongo, entonces, que la estrategia es, precisamente, desenmascarar ese sistema judicial, que, como himen complaciente, cede a las embestidas del aparato represivo, tanto en el territorio continental como en el territorio colonial. Porque, en última instancia, de esto es de lo que se trata: la subordinación política que hace posible que el FBI campee por sus respetos en nuestra patria. Si es en son de denuncia, vayamos hasta el tribunal celestial.

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