La Iglesia Católica en Puerto Rico no parece haber entendido plenamente la «escritura en la pared» en el asunto de la pederastia en sus filas. Dando un pésimo ejemplo de moral pública, arrastra los pies en el cumplimiento de su deber legal y moral de cooperar con las autoridades civiles en la investigación de estos casos. Adoptar un enfoque legalista no es digno de una institución religiosa que conmina todos los días a sus feligreses a confesar sus pecados y a arrepentirse de ellos. Su posición debe ser de total apertura, pues un problema de esta magnitud y gravedad no se puede atender con medias tintas. La Iglesia conoce la identidad de los pedófilos y tiene los detalles de sus crímenes. Todo ello debe ser puesto a disposición del Ministerio Público sin vacilaciones ni demora innecesaria.
Algo menos que eso sería piedra de escándalo.
2 comentarios:
Es evidente que no has estado al tanto de que es lo que propones que se haga lo que, precisamente, la Iglesia local está haciendo. La Iglesia universal, la que se dirige desde El Vaticano, anda por esos nuevos rumbos, con un nuevo ejemplo y un nuevo discurso que me parecen sinceros.
Ya veremos, querido amigo; por lo pronto, el Fiscal de Arecibo no parece muy convencido de que la Iglesia esté haciendo un "full disclosure" en este asunto...
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