sábado, 22 de febrero de 2014

Música y letras

El contacto con la música, entre otros beneficios, también aumenta y mejora nuestro vocabulario. En mi caso, mi temprana afición por la guitarra en todas sus manifestaciones, incluida la clásica, me permitió conocer términos como fandanguillo, por la pieza de ese título compuesta por Joaquín Turina para Andrés Segovia. Algo parecido me ocurrió con fantasía, por la «Fantasía para un gentilhombre», de Joaquín Rodrigo, obra importante para el repertorio guitarrístico, también compuesta a petición de Segovia.

Farandola me llegó vía L'Arlessiene de Georges Bizet, en una versión jazzística del gran flautista Hubert Laws. Y cuando, para mi asombro y deleite, descubrí a Paco de Lucía, supe que existía la flamencología, como estudio formal del arte flamenco.

Finalmente, con Bach aprendí que había fugas distintas de las de la cárcel y la escuela...

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