sábado, 1 de febrero de 2014

Dictamen digno

El tinglado de los abusos de derechos humanos de los americanos se viene abajo poco a poco. Las revelaciones de Assange y Snowden han provocado una mirada más acuciosa a las prácticas jurídicas de Estados Unidos, tanto en el plano doméstico como en el internacional. El cinismo y la hipocresía oficial han quedado al descubierto.

En este contexto, un tribunal lituano le acaba de dar paso a un reclamo de un detenido en Guantánamo para que se investigue la tortura que sufrió en Lituania entre 2004 y 2006, cuando los americanos, ladinamente,se valían de gobiernos cipayos para que le hicieran el «trabajo sucio» en el extranjero, mientras ellos aparecían ante el mundo respetando el derecho nacional e internacional. Lituania le proveyó a la CIA dos bases para llevar a cabo sus nefandas encomiendas.

Gracias a Amnistía Internacional -- que desde 2011 ha procurado este caso sin cejar en ello -- se le sigue quitando la careta de «yo no fui» a Estados Unidos.

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