Confieso que, por la actual composición del Tribunal Supremo, tuve un momento de duda acerca de la decisión en los recursos presentados por la familia Cacho para impedir la venta del libro del detective privado. Pero, la pretensión era tan inmeritoria que no había otro remedio que denegarla.
Mientras tanto, se sigue a la espera de que el Ministerio Público presente los cargos por la muerte del niño. Algo no ha quedado claro o, por lo menos, a juicio profesional de las autoridades, no lo está «más allá de duda razonable», y no quieren arriesgar el caso - y su prestigio - con una imputación que sea desestimada en alguna etapa preliminar al juicio. Si el detective tiene razón, y la hermana de 14 años es la responsable o está involucrada en la muerte, ello podría explicar en algo la reticencia en proceder contra ella, pues su minoridad presenta problemas especiales para su encausamiento, entre ellos, la renuncia de jurisdicción para que se le juzgue como adulta.
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