martes, 14 de septiembre de 2010

«¡Juez, Pepito me empujó!»

Habrá que ver el detalle del proyecto que se anuncia para establecer un procedimiento «expedito» para atender en las Salas de Investigaciones querellas de padres y tutores de estudiantes de escuelas públicas, privadas y de universidades.  Así, de entrada, luce muy ambicioso y posiblemente impráctico crear ese mecanismo en esa instancia, para ponerlo a competir con la actividad delictiva - que no es poca cosa - y otros reclamos ciudadanos de envergadura que van a esa sala de «emergencias o primeros auxilios» del sistema judicial.

Es de esperar que, si algo así se estableciera, los funcionarios judiciales no verán con buenos ojos tener que intervenir en cuanta pendejada ocurra en una escuela, restándole tiempo a otros asuntos de mayor peso que van a parar a una sala de investigaciones.  Más vale que esa pretendida ley limite ese mecanismo procesal a unas cuestiones verdaderamente urgentes, pues, de lo contrario, el tribunal podría verse inundado de múltiples discrepancias y disgustos surgidos en el ambiente escolar o universitario, tornando el proceso en uno inmanejable.

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