miércoles, 8 de septiembre de 2010

Alumbrando el camino

Si no fuera porque el oscurantismo hay que combatirlo a cada paso, no valdría la pena insistir en que la propuesta de consulta para enmendar la Constitución para establecer que el matrimonio es sólo posible entre un hombre y una mujer es, francamente, risible.  Es principio bien establecido que las constituciones se adoptan para reconocer derechos y ampliarlos, no para eliminarlos.  Preocupa el acceso a la Asamblea Legislativa que han logrado ciertos grupos religiosos o moralistas para adelantar su agenda fascistoide.  Aunque todo el mundo tiene derecho a solicitar que se le escuche en el foro legislativo, con miras a un cambio en el estado de derecho, hay peticiones que, por su naturaleza, tienen que ser descartadas.

Evidentemente, algunos de nuestros legisladores no tienen un concepto claro de lo que es posible dentro del sistema constitucional, y piensan que se puede legislar sobre cualquier cosa y modificar la Constitución a su antojo para dar cabida a preferencias personales o ideológicas.

No hay comentarios: