Hay que añadir el descarte de los trabajos para un nuevo Código Civil a la larga lista de desaciertos de este gobierno. Independientemente de diferencias de criterio profesional sobre una que otra propuesta, lo cierto es que se trata de un esfuerzo serio y sesudo de poner al día ese cuerpo de ley fundamental, que ha debido recibir la consideración correspondiente por parte de la Asamblea Legislativa. Por supuesto, ello supone que allí hay materia gris para eso, y sabemos que no es así.
Ponerle trabas a la reproducción asistida es muestra de un oscurantismo casi medieval. La otrora esclarecida Comisión de Derechos Civiles se ha unido a la comparsa del atraso y el miedo, rindiendo un informe que parece sacado de la bóveda de documentos eclesiásticos. El embrutecimiento colectivo es galopante. La voz de la Ciencia y del Derecho queda superada por la vocinglería de los cánticos y el fanatismo religiosos.
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