Será un acierto si el Gobernador logra aprobar legislación para atajar el desboque de los alcaldes y las ahora legislaturas municipales en la aprobación de aumentos de sueldo para los primeros ejecutivos pueblerinos. Francamente, hay una desproporción entre el tamaño, la población y la situación económica de algunos pueblos y lo que gana el alcalde. La autonomía municipal - valor importante en nuestra democracia - no puede aprovecharse para actuar de manera descabellada en contra de los mejores intereses del pueblo.
La Asamblea Legislativa, que parece que ha venido en la onda de economizar y usar responsablemente los fondos públicos, debe darle paso a una propuesta para limitar la discreción de las autoridades municipales, a la hora de revisar la remuneración alcaldicia.
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