Con el paso de los días, se hace más difícil presumir la no culpabilidad - inocencia es mucho pedir - de Acevedo Vilá. Son muy pocas las voces que una vez se alzaron para defenderlo y todavía se escuchan. Algunos siguen insistiendo en que todos estos acontecimientos recientes no "necesariamente" son un mal presagio para el ex Gobernador. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Con cada alegación de culpabilidad de las figuras cercanas a él en los esquemas imputados, la "duda razonable" se torna irrazonable.
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