Hace poco se aprobó una ley para declarar la tercera semana de noviembre como la "Semana del Empleado de Custodia." Cuando leí el título, supuse que se trataba de honrar a los empleados que se ocupan de velar a los presos o a los miembros de las fuerzas de seguridad privada que abundan en el país. Ni lo uno ni lo otro. La exposición de motivos nos aclara que se trata de quienes "procuran dejar nuestras áreas de trabajo impecables y lustrosas." Es decir, de los conserjes y empleados de la limpieza.
Evidentemente, lo que ha ocurrido es que se ha tomado el vocablo custodian, con el que se nombra a ese personal en inglés, y se ha traducido como empleado de custodia. Resulta bochornoso que nuestra Asamblea Legislativa incurra en un disparate como éste. Y que el Gobernador firme una ley con tal dislate.
Todos ellos deberían pasar un tiempo en custodia máxima, por disparateros.
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