No creo que deba haber problema con los cinco minutos de reflexión, siempre que no estén dirigidos por alguien con una agenda sectaria o sobre un temario religioso. Se puede y se debe reflexionar sobre múltiples asuntos de la vida cotidiana y acerca de lo que es ser un buen ciudadano. Lo que inquieta es que este anuncio se haga en un templo - dicho sea de paso, de muy mala reputación - pues ello da la impresión de que se encaminan a vulnerar la separación entre la Iglesia y el Estado.
Esperemos que la sabiduría que Fortuño le ha pedido a Dios le permita comprender que hay iglesias por doquier y tiempo de más para practicar la religión que a cada cual le dé la gana, pero la escuela pública no es uno de esos sitios ni se ha hecho para eso.
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