martes, 29 de abril de 2008

Un soberano disparate

Dejando a un lado el aspecto de ciencia política, hablar de "soberanía bajo el control federal" es un sinsentido, desde el punto de vista puramente lingüístico. Las palabras tienen un significado, y es pura demagogia inventarles otro para acomodarlo a los intereses particulares del hablante. Es, francamente, un ejercicio de falta de honradez intelectual. Soberanía significa "autoridad suprema del poder público"; por lo tanto, no puede haberla, si se está bajo el "control" o "en armonía" con el gobierno de otro país, en este caso, Estados Unidos.

El Partido Popular tiene una larga y feísima trayectoria de jugar con los conceptos, para justificar su cobardía moral. Sólo hay que recordar la cantinflada de Muñoz cuando dijo que la libertad a la que se refería era a la "libertad del hambre y la miseria", no a la política. No se puede jugar con la verdad impunemente. César Andreu Iglesias lo retrató mucho antes que Rodón, como "un hombre acorralado por la Historia."

Sólo hay una soberanía, y es la independencia. Lo demás es un juego de palabras despreciable.

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