miércoles, 2 de abril de 2008

Con malas intenciones

La muerte de un demente, a manos de un policía, no queda muy clara, a juzgar por lo que publica la prensa. Veamos. El informe dice que "un agente de la Policía mató a un hombre que presuntamente amenazó con un cuchillo a su propia familia y luego intentó atacar al oficial." Lo de "presuntamente" se entiende, pues no se puede dar por cierto ese hecho, pero lo que resulta francamente ambiguo es lo de "intentar atacar", pues "atacar" significa "acometer o embestir" con el fin de hacer daño. Si el pobre loco lo que hizo fue "intentar", quiere decir que ni siquiera llegó a acometer. Me parece que debió decirse que aquí se "intentó agredir", lo cual si sería "atacar." De lo contrario, nos estaríamos refiriendo a una situación previa al ataque, que, a su vez, es una etapa previa a la agresión. Por eso es que en la vieja nomenclatura de la tipificación de los delitos, se hablaba de "acometimiento y agresión."

Esto, que puede parecer un juego de palabras, no lo es, sino que se trata de la precisión que hay que tener a la hora de calificar unos hechos presuntamente delictivos. Lo dicho tantas veces: hay que conocer el significado de las palabras, para usarlas correctamente y comunicar con exactitud lo que se quiere.

1 comentario:

Lourdes M. Collazo (Lulu) dijo...

La declaraciòn estereotipada... Pudo haberse dado en este caso, como suele darse en casos de drogadictos y con el mismo fin: la defensa de unos actos cometidos que podrìan comprometer al policìa. Es de suma importancia en este caso los tèrminos y las palabras que se emplean en las declaraciones o manifestaciones porque de ello depende la configuraciòn o no de un delito. Una sòla palabra puede hacer de acto una intensiòn o la comisiòn del acto, del delito. Quare si hay responsabilidad criminal.