Sin el beneficio de un conocimiento completo de las alegaciones y los hechos, así como del derecho aplicable, aun así, me parece un tanto inmeritorio el pleito incoado por J.K. Rowling, autora de los libros de Harry Potter, contra un sitio en Internet dedicado a ese personaje y su complejo y fascinante mundo. El sitio ofrece una visión completa y algo enciclopédica de la obra de Rowling; tanto así que, tiempo atrás, la propia autora lo alabó públicamente. Pero, ahora que el dueño ha anunciado su intención de publicar una enciclopedia sobre el tema, a Joanne ha dejado de hacerle gracia, y reclama violación a sus derechos de autora. El demandado se defiende, alegando que lo que hace es lo que en derecho se conoce como fair use del material, para fines de análisis y comentario de una obra, lo cual es permisible.
Rowling alega que este asunto la ha afectado tanto que no puede ni escribir, y ha pintado un cuadro de crisis emocional. Todo este lloriqueo de parte de una mujer que se ha convertido en la segunda más rica de Inglaterra, luego de Su Majestad. Como suelen decir en inglés sobre estos casos: "She cries all the way to the bank."
Como abogado, autor y editor, estaré muy pendiente de cómo termina esta "novela."
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