Escuchamos y leemos continuamente que Fulano "falló en hacer tal o cual cosa." Lo cierto es que se trata de un feísimo calco de la frase inglesa failed to... En español, es preferible decir, sencillamente, que "no se hizo" lo que sea. Por ejemplo, en vez de decir que "se falló en alcanzar la meta", basta con decir que "no se alcanzó."
Y ya que hablamos de fallar, hay que dejar de decir que tal cosa tiene unos "fallos", cuando lo que se quiere decir es que tiene "fallas." Fallos son, principalmente, los dictámenes judiciales o de otra naturaleza adjudicativa o profesional. Si bien es cierto que puede significar "falta, deficiencia o error" es una acepción minoritaria, que no debe usarse primordialmente para comunicar cualquier desperfecto o mal funcionamiento en la vida cotidiana.
Enterremos de una buena vez este error que se puso de moda con aquel anuncio - muy gracioso, por cierto - que remataba con la frase "¡Qué fallo, líder!"
2 comentarios:
De regreso hace una semana de la Madre Patria y sin poder haber saciado mi sed erótica de visitar librerías de corte literario y de Derecho, me topo para mi sorpresa con un oasis balsámico.
Por fin recogimos en un espacio cibernético el hermano gemelo De Letras y Letrados.
Esta herramienta es una aportación gratuita a corregirnos en nuestra forma de manejar la liguística, más allá del compromiso jurídico al que nos enfrentamos diariamente. No dudo que se convierta en el espacio para conocer de aquellos detalles de nuestro idioma en su forma escrita y que hemos olvidado o dejado rezagado en algún espacio escondido de nuestra memoria. Detalles que obviamos, a veces, al tener una prisa inexplicable a la hora de radicar escritos ante cualquier foro (jurídico, literario u oficinesco) y rayando en la falta de adecuacidad y claridad en lo que escribimos. Este se convertirá, sin lugar a dudas, en el recordatorio de las lecciones magisteriales de español que muchos -a lo mejor- han olvidado.
Invito a todos los cibernáutas a participar de este formidable foro o herramienta.
Su padre creador no sólo es fuente de sabiduría histórica y jurídica, sino que ha aportado, a través de sus lecciones magisteriales en las revistas de Derecho de Puerto Rico, cantidad de tiempo en corregirnos -a nosotros los letrados- de las faltas comunes al escribir. Y no son faltas típicas de nuestra Notaría, como siempre le llama el Tribunal Supremo a las faltas comunes, sino faltas comunes producidas por la transculturación linguística que nos impone la cultura económica. Faltas que atentan contra la puridad de nuestro idioma y que no constituye movimiento vanguardista o evolutivo necesario de nuestra Lengua, sino todo lo contrario, son faltas que mancillan la corrección y pulcritud de nuestro idioma. Porque si algo nos queda como pueblo, es nuestro idioma y debemos custodiarlo como custodiaban los bastaixos la Capilla del Santísimo mientras levantaban con su esfuerzo la Iglesia de Santa María del Mar, verdadera Catedral de los barceloneses.
Enhorabuena por este nuevo embeleco o iniciativa.
Saludos fraternales,
A Jaime:
Gracias por tu gentileza, al valorar este esfuerzo. Espero que se preste igual atención a las cuestiones jurídicas y de asuntos públicos a las que también dedico este espacio.
Un abrazo
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