Al igual que en muchos otros, en nuestro país se registra una particular dificultad para encausar a las personas que tienen alguna influencia política o vínculo con los círculos del poder. Entre los casos recientes se encuentra el de Paula Rodríguez Homs, exlegisladora, excandidata a una alcaldía y excomisionada de Servicio Público, quien renunció apresuradamente a este último cargo, en un intento de librarse del señalamiento ético por participar en actividades políticas. Aunque los hechos que la incriminan lucen sencillos de establecer, la Oficina de Ética Gubernamental habla del caso como si fuera de una complejidad similar a uno de los juicios de Nuremberg, para justificar una cierta tardanza en proceder. Ya nos lo anuncian: «La investigación tomará el tiempo necesario, pues dependerá de la rapidez con la que los abogados de la OEG obtengan la prueba documental y testifical», según un vocero de esa agencia.
Prepárense, que esto va para largo...
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