Tanto que Estados Unidos critica y ataca a Irán por todo, y ese país ha tenido el valor de hacer lo que los americanos no se han atrevido a hacer: meter presos por corrupción a miembros de la cúpula gobernante pasada. Dos exvicepresidentes han caído en la redada.
Mientras tanto, gente como Dick Cheney y Donald Rumsfeld, con sus manos manchadas de sangre por crímenes de guerra y sus bolsillos llenos de billetes mal habidos por enriquecimiento ilícito en Afganistán en Irak, campean por sus respetos.
Como he dicho tantas veces antes, los americanos no tienen fuerza moral para dar lecciones de democracia, derechos humanos ni honradez gubernamental a nadie.
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