Me parece bien que la Cámara de Representantes le haya puesto un detente a las pretensiones de inmunidad de la Presidenta del Banco Gubernamental de Fomento y sus adláteres, por sus actos oficiales. La inmunidad no es bien vista en una democracia y un gobierno de leyes, no de hombres... o mujeres, en este caso. Los funcionarios tienen que responder por sus actos; lo otro son resabios de la realeza, ejemplificado por aquella máxima de que "The King can do no wrong" y otras pamplinas de la inmunidad soberana, inmunidad legislativa, inmunidad judicial y privilegio ejecutivo, detrás de las que se esconden los moralmente cobardes o profesionalmente ineptos.
«El que tenga miedo que se compre un perro».
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