La lengua tiene sus sutilezas. Hay palabras que significan más o menos lo mismo que otras, pero no se deben usar indistintamente, aun dentro de un mismo contexto. Pongamos por caso sustento o sustentar. Si bien el sustento es el alimento -- por eso la agencia gubernamental se llama Administración para el Sustento de Menores -- hay ciertos usos que no suenan del todo bien en este ámbito. Hace poco escuché decir por televisión que una mujer «se sustenta» trabajando como prostituta. Puede decirse, por supuesto, que ella se «gana el sustento» de esa manera, pero se oiría mejor decir que ella «se sostiene» con el oficio más antiguo del mundo.
Por otro lado, uno sostiene un juicio, una opinión, una posición o una tesis, pero la sustenta con razones o fundamentos. Como he dicho, son matices o sutilezas, pero revelan cuán bien conocemos el español.
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