La Transportation Safety Administration ha sido una especie de Frankenstein en el gobierno de Estados Unidos, tomando una monstruosa vida propia de corte fascistoide. Múltiples han sido las quejas de pasajeros por los desmanes del personal de TSA en el cateo y el registro de personas y equipajes en los aeropuertos de esa nación. Muy desafortunadamente, los tribunales han sido en extremo deferentes con esa agencia, validando sus prácticas, en aras de la «seguridad nacional».
Ahora, la TSA ha promulgado una regla para aumentar de $10.00 a $11.20 la cuota que desde 2001 se le cobra a cada pasajero por «gastos de seguridad», ello en contravención del límite dispuesto por el Congreso. Sobre esa base, Airlines for America e International Air Transport Association, grupos que representan aerolíneas, han impugnado dicha determinación en el Tribunal de Apelaciones del Distrito de Columbia.
Me sorprendería mucho que el Tribunal no sostenga la decisión de TSA.
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