He aquí otra fecha infame en la historia de Estados Unidos, tan admirada por ser tan desconocida. El 1 de septiembre de 1942 un juez federal de California sostuvo la orden ejecutiva de 19 de febrero de 1942 del presidente Roosevelt que decretó la detención de más de 110,000 japoneses en suelo americano, dos terceras partes de los cuales eran ciudadanos americanos y más de la mitad eran niños o infantes. Dos años después, el Tribunal Supremo de ese país, en Korematsu v. United States, en una de sus más bochornosas decisiones, sostuvo la constitucionalidad del encierro de los japoneses.
Ahí tienen todos esos ilusos e incautos que se creen la propaganda de que Estados Unidos y su Tribunal Supremo son el regalo de Dios al mundo.
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