Hoy se publica la pontificación periódica a la que nos tiene acostumbrados Rafael Cox Alomar. El hombre sigue descubriendo el Caribe en el siglo 21, señalando tardíamente verdades históricas que, por ejemplo, el independentismo lleva décadas apuntando, pero él las presenta como suyas. Cox, que no acaba de botar el golpe de su derrota electoral y la humillante marginación partidista, también ha comenzado a fallar en la expresión que deslumbra a muchos que alaban sus dotes de orador. Veamos.
Dice el doctor de Oxford: «El paso alcanzado en 1952, tal y como apuntaló Fernós Isern, no alteró esa insoslayable realidad». Pues, aquí está su primer traspié, porque los pasos se dan para alcanzar a alguien o algo, pero los pasos como tales no se alcanzan. Lo de «apuntaló» tampoco le ha quedado bien; debió decir que Fernós Isern apuntó o señaló. Si bien «apuntalar» también significa «sostener o afirmar» no son sus acepciones principales, y en todo caso se refieren a sostener o afirmar literalmente, cosas u objetos, no en relación con argumentos.
Pero, en lo que el docto doctor desbarra lastimosamente es cuando afirma: «Hoy, aún más desenfrenadamente que ayer, hacen falta esos poderes». Partiendo de que no se refiere a «quitar el freno a las caballerías», lo que queda es el sentido figurado de «desmandarse, entregarse desordenadamente a los vicios y maldades» o «dicho de una fuerza bruta, desencadenarse», que no creo que sea lo que él haya querido decir.
En fin, el hombre debe sosegarse porque parece que los nervios lo traicionan...
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